Ismael Flores, de 40 años de edad, ha sido sentenciado a 30 años de prisión sin derecho a indulto por el feminicidio de su expareja, Tomasa P.A., también de 40 años. La condena fue dictada por un juez luego de que Flores admitiera el crimen durante una audiencia y a través de un video que circuló en redes sociales.

El trágico suceso tuvo lugar la semana pasada en el municipio de Entre Ríos, Cochabamba, donde Tomasa fue hallada sin vida en una vivienda deshabitada, víctima de estrangulamiento con un lazo. La autopsia confirmó que la causa de su muerte fue asfixia mecánica.

En el mencionado video, Flores confiesa abiertamente su culpabilidad en el crimen: “Lo que sucedió con la señora Tomasa… yo confieso, yo cometí ese error, lo siento ¿Qué puedo hacer?. Solo digo que se me pasó la mano”, expresó el agresor. Esta confesión ha sido crucial en el proceso judicial que culminó con su condena.

El feminicidio de Tomasa deja a tres hijos en la orfandad, sumiendo a su familia y comunidad en el dolor y la consternación. Ante los hechos, la sociedad civil y las autoridades han reiterado la necesidad de seguir combatiendo la violencia de género y garantizar la protección de las mujeres ante situaciones de riesgo.

Con esta sentencia, se espera que se haga justicia en nombre de la víctima y se envíe un mensaje claro de que los crímenes de esta naturaleza no quedarán impunes. La tragedia de Tomasa refuerza la urgencia de implementar medidas efectivas para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus formas.

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