El Gobierno de Bolivia ha iniciado las celebraciones para conmemorar el Día Nacional del Acullico, que se llevará a cabo el próximo sábado 11 de enero en la plaza Murillo de La Paz y en las principales ciudades del país. Esta fecha fue establecida para resaltar la importancia cultural y ancestral del acullico, una práctica tradicional aymara que consiste en masticar hojas de coca, que forma parte fundamental de las costumbres de las comunidades originarias de Bolivia.
Durante la inauguración de las actividades, el viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Mateo Mamani, invitó a la población a participar en las diversas actividades que marcarán el inicio de la conmemoración, que se desarrolla en el marco del Año del Bicentenario. En este sentido, destacó que el Gobierno nacional ha preparado seminarios, talleres y conferencias sobre los beneficios de la hoja de coca, tanto en su uso tradicional como en la producción y comercialización de productos derivados.
El Día Nacional del Acullico tiene un fuerte componente educativo y cultural. La jornada contará con diversas actividades, como seminarios en la Vicepresidencia del Estado y un diálogo sobre la desvalorización de la planta, que se llevará a cabo en el Ministerio de Culturas. Además, se proyectarán documentales que abordarán el impacto de la coca en la economía nacional y su industrialización, con especial énfasis en los miles de productores que dependen de esta actividad para su sustento.
El acto también busca reafirmar la lucha del Estado Plurinacional para que la hoja de coca sea despenalizada y reconocida por la comunidad internacional. En este contexto, el secretario general de la Vicepresidencia, Juan Carlos Alurralde, recordó la solicitud presentada a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para realizar un examen crítico sobre la planta, con el fin de que sea desclasificada de la Lista I de Estupefacientes de la ONU. Este proceso culminará este año con un informe preliminar que podría sentar las bases para un cambio en la percepción global sobre la coca.
Con estas acciones, Bolivia continúa su esfuerzo por preservar su patrimonio cultural, al tiempo que promueve un reconocimiento global del valor ancestral de la hoja de coca como un elemento fundamental para la identidad, salud y economía de las comunidades indígenas.