En una entrevista concedida al programa “Que No Me Pierda” de Red Uno, el fiscal Víctor Cervantes reveló que la adolescente de 17 años, quien fue condenada por el brutal asesinato de una niña de 8 años en San Rafael, tenía un historial de conductas violentas que incluían el sacrificio de animales.
Según Cervantes, la joven habría envenenado y degollado a gatos antes de cometer el infanticidio, lo que podría haber sido un preludio de su deseo de “experimentar” con seres humanos.
La investigación reveló que la adolescente apuñaló y degolló a la pequeña Gisel en un acto de extrema violencia que conmocionó a la comunidad. El fiscal explicó que, aunque no se ha establecido un motivo claro para el crimen, la conducta perturbadora de la adolescente con los animales fue un indicio de su capacidad para cometer el homicidio. “La menor de 17 años pretendía experimentar en una persona humana, ya que anteriormente mostró esa conducta con animales“, detalló Cervantes.
El caso dio un giro aún más siniestro cuando la madre de la agresora confirmó ante la Policía Boliviana que su hija había cometido el crimen, lo que llevó a su implicación en el delito de infanticidio. Como resultado, la justicia determinó la sentencia de seis años de internamiento en el Centro de Rehabilitación Cenvicruz para la adolescente.
Además, los padres y un tío de la adolescente fueron enviados a la cárcel bajo cargos de complicidad en el infanticidio, lo que añade una dimensión familiar a este trágico caso. La sentencia y las revelaciones del fiscal han generado un intenso debate sobre la capacidad del sistema de justicia para abordar crímenes cometidos por menores y la necesidad de un enfoque integral para prevenir este tipo de conductas violentas desde temprana edad.